Que rápido cantaba yo a los cuatro vientos no se qué de una etapa de siestas, sol y URBASÓN...ah no que era sol! Pero al final resultó que lo otro también.
La noche se presentaba apacible en nuestro nidito marinero, terminábamos de cenar, mientras yo enviaba algunos whatsapp, Jara mordisqueaba su pelota, y mi chico concentraba toda su atención en un programa que estaban emitiendo en la tv, cuando de repente, empezó a picarme la cara, al principio era un picor normal, como de mosquito que acaba de encontrarte en mitad de la noche y te regala lo mejor de él, pero empezaron a parecer muchos mosquitos de esos....
Me levanté buscando un espejo para comprobar que mi cara seguía perteneciendome y no....parte de ella ya no lo era, así como otras zonas del cuerpo parecían estar mutando...Así que con mi habitual dramatismo (que reservo para situaciones limite), chillé desde el baño "Adrián prepara las cosas que nos vamos para urgencias" sonó un poco a me acabo de poner de parto...pero aún así mi hombretón desde el salón sólo emitió un...¿Estas segura?
Porque él que sólo vivió un año en Londres adopto muchas cosas de ese país, y una de ellas esa calma británica que a mi me desespera...
Empecé a enseñarle todos mis estigmas, y a explicarle el proceso por el que si no nos dabamos prisa, pronto dejaría de respirar (vale, puede que no fuera así, pero a los hombres hay que asustarlos con el valor que tiene tu vida de vez en cuando). Así que, después de evaluar todas las posibilidades y elaborando un plan de "emergencia" salimos del piso todos, sí, todos...la perra también vino, esa decisión no fue cosa mía, bastante tenía con procurar llegar yo al hospital.
Entre pitos y flautas nos dieron las una de la mañana y eso parecía la lonja del puerto en hora punta, la noche se presentaba divertida. Entre a triaje que aquí en Málaga en el hospital Carlos Haya, viene a ser como una terapia de alcohólicos anónimos, todos sentados alrededor mirándonos las caras y una mesa al frente con el personal al que le tienes que contar el motivo de tu asistencia, (muy intimo todo). Luego esperas alrededor de dos horas y te llaman de consulta, ese es el proceso habitual, me casi reconforto comprobar que mi pueblo no es el único lugar dónde pasa eso. Allí en la sala había de todo como en botica, pero a mi me toco justo al lado el más tonto, un chico de unas 20 años al que le parecían muy graciosos algunos de los pacientes y decidido los grababa en snapchat para imagino compartirlo y que todos pudieran reír también... Me miró con cara de bobo riéndose buscando mi complicidad a lo que le devolví mi ensayada cara de icegirl, no volvió a girarse.
Pero yo estaba de suerte, me llamaron a consulta antes de lo previsto a contar por las señoras en chanclas que gritaban acusándome de entrar antes que ellas cuando me nombro un chico alto y guapo (era mi médico),de los nervios por tener que enfrentarme a ellas, se me cayó de las manos la tablet... quizá le dí un buen material para "snapchear" a mi excompañero de silla.
En consulta pasó lo que nunca me había pasado....No se si por deformación profesional, la gente acaba contándome su vida, pero aquello fue raro, ese médico no era más que un eslabón más de la mala cadena que tenemos de sanidad pública.... El jefe de urgencias había dimitido ese mismo día, los compañeros veteranos estaban durmiendo, y tal y como dijo, ¿A quién despiertas?, la población se cuatriplica en esta epoca del año y no sólo no meten personal, sino que les dan vacaciones a casi todos, Olé ahi! los turnos son mortales y gente y más gente se amontona en las salas de espera.... Empaticé con él, y el reconoció que a pesar de todo eso, un descuido en su consulta podría dar con graves consecuencias, hablamos de ellas y se lamentó por casos de los que se podrían atribuir culpa.....en medio de esa especie de paréntesis que parece que él necesitaba, me reconoció, y dictaminó una intoxicación alimenticia que se saldó con una GRAN inyección de urbason por la que hoy aún me duele el cachete....¡Pero me gané esta bonita pulsera!
Ironias aparte, quería compartir esto, porque siempre estoy al otro lado de la barrera, pero todos somos piezas de este juego que otros juegan por nosotros, en los que no siempre se hacen buenas partidas, y en las que se pierden muchas vidas.
La noche se presentaba apacible en nuestro nidito marinero, terminábamos de cenar, mientras yo enviaba algunos whatsapp, Jara mordisqueaba su pelota, y mi chico concentraba toda su atención en un programa que estaban emitiendo en la tv, cuando de repente, empezó a picarme la cara, al principio era un picor normal, como de mosquito que acaba de encontrarte en mitad de la noche y te regala lo mejor de él, pero empezaron a parecer muchos mosquitos de esos....
Me levanté buscando un espejo para comprobar que mi cara seguía perteneciendome y no....parte de ella ya no lo era, así como otras zonas del cuerpo parecían estar mutando...Así que con mi habitual dramatismo (que reservo para situaciones limite), chillé desde el baño "Adrián prepara las cosas que nos vamos para urgencias" sonó un poco a me acabo de poner de parto...pero aún así mi hombretón desde el salón sólo emitió un...¿Estas segura?
Porque él que sólo vivió un año en Londres adopto muchas cosas de ese país, y una de ellas esa calma británica que a mi me desespera...
Empecé a enseñarle todos mis estigmas, y a explicarle el proceso por el que si no nos dabamos prisa, pronto dejaría de respirar (vale, puede que no fuera así, pero a los hombres hay que asustarlos con el valor que tiene tu vida de vez en cuando). Así que, después de evaluar todas las posibilidades y elaborando un plan de "emergencia" salimos del piso todos, sí, todos...la perra también vino, esa decisión no fue cosa mía, bastante tenía con procurar llegar yo al hospital.
Entre pitos y flautas nos dieron las una de la mañana y eso parecía la lonja del puerto en hora punta, la noche se presentaba divertida. Entre a triaje que aquí en Málaga en el hospital Carlos Haya, viene a ser como una terapia de alcohólicos anónimos, todos sentados alrededor mirándonos las caras y una mesa al frente con el personal al que le tienes que contar el motivo de tu asistencia, (muy intimo todo). Luego esperas alrededor de dos horas y te llaman de consulta, ese es el proceso habitual, me casi reconforto comprobar que mi pueblo no es el único lugar dónde pasa eso. Allí en la sala había de todo como en botica, pero a mi me toco justo al lado el más tonto, un chico de unas 20 años al que le parecían muy graciosos algunos de los pacientes y decidido los grababa en snapchat para imagino compartirlo y que todos pudieran reír también... Me miró con cara de bobo riéndose buscando mi complicidad a lo que le devolví mi ensayada cara de icegirl, no volvió a girarse.
Pero yo estaba de suerte, me llamaron a consulta antes de lo previsto a contar por las señoras en chanclas que gritaban acusándome de entrar antes que ellas cuando me nombro un chico alto y guapo (era mi médico),de los nervios por tener que enfrentarme a ellas, se me cayó de las manos la tablet... quizá le dí un buen material para "snapchear" a mi excompañero de silla.
En consulta pasó lo que nunca me había pasado....No se si por deformación profesional, la gente acaba contándome su vida, pero aquello fue raro, ese médico no era más que un eslabón más de la mala cadena que tenemos de sanidad pública.... El jefe de urgencias había dimitido ese mismo día, los compañeros veteranos estaban durmiendo, y tal y como dijo, ¿A quién despiertas?, la población se cuatriplica en esta epoca del año y no sólo no meten personal, sino que les dan vacaciones a casi todos, Olé ahi! los turnos son mortales y gente y más gente se amontona en las salas de espera.... Empaticé con él, y el reconoció que a pesar de todo eso, un descuido en su consulta podría dar con graves consecuencias, hablamos de ellas y se lamentó por casos de los que se podrían atribuir culpa.....en medio de esa especie de paréntesis que parece que él necesitaba, me reconoció, y dictaminó una intoxicación alimenticia que se saldó con una GRAN inyección de urbason por la que hoy aún me duele el cachete....¡Pero me gané esta bonita pulsera!
Ironias aparte, quería compartir esto, porque siempre estoy al otro lado de la barrera, pero todos somos piezas de este juego que otros juegan por nosotros, en los que no siempre se hacen buenas partidas, y en las que se pierden muchas vidas.
Comentarios
Publicar un comentario